🤯3. ¡Ay, ay, ay! Ahí hay AI
O por qué deberías deschatgepetear tus textos, que pueden tener buen fundamento, pero cuando apestan a IA.... no sé tú, pero para mí pierden credibilidad.
Usar la IA para generar textos está bien, si lo haces con criterio. Una cosa es que te apoyes en las herramientas y otra que dejes que hagan las cosas por ti, que piensen por ti. ¡Que lo que llaman inteligencia artificial, pero no tiene nada de inteligente, oiga, es un algoritmo! El riesgo no es que las máquinas sean inteligentes, es que cedamos y nos convirtamos en seres subinteligentes (la idea no es mía, la cito justo al final de esta edicición).
👋 Hola, soy Eva María Rodríguez. Te doy la bienvenida a la tercera edición de RodrigueZes, el espacio en el que divago sobre creatividad, educación, emprendimiento, marketing, inteligencia artificial y cualquier cosa que me pase por la cabeza.
👉 En esta edición te cuento:
Por qué cuando leo ciertos clichés, automáticamente pienso que lo ha escrito una IA, y cómo eso afecta mi lectura.
Por qué deberías deschatgepetear los textos que firmas y sobre la importancia de darle un toque personal a lo que publicas.
Selección de palabras, frases y expresiones que hacen que un texto apeste a IA. Para identificarlas… y evitarlas.
Una pequeña reflexión sobre las publicaciones que claramente usan IA y lo que me provoca cuando las leo.
Resumen de los puntos clave y aprendizajes de esta edición.
Recopilación de enlaces y recomendaciones.
1️⃣ Ay, ay, ay…
En un mundo en el que la inteligencia artificial ha tomado el relevo y los humanos ya no se molestan ni en escribir…
No, lo anterior no le ha escrito ChatGPT ni ningún modelo de lenguaje. Pero no podía por menos de arrancar con la ironía. Si no la has pillado, continúa leyendo.
Porque cuando veo que un texto empieza por “En un mundo en” o similar, me dan los siete males.
No falla, mi voz interior me pone en guardia:
—¡Ay, ay, ay! Ahí hay AI.
Y ya yo no puedo seguir leyendo sin dudar de lo que está escrito.
Que no me parece mal que, en ciertos casos, se escriba usando la IA. Pero, porfavó, si firmas, ¡por lo menos dale una vuelta, que no se note tanto!
Por cierto, le pedí a ChatGPT que continuara el texto con el que arraca esta sección, una vez con mis instrucciones personalizadas activadas y otra, desactivadas. En los comentarios te cuento lo que obtuve. Si lees esto en tu email, tendrás que entrar en rodriguezes.es para verlo. Ahora, sigue leyendo.
2️⃣Por qué deberías deschatgepetear los textos, por lo menos, los que firmas
Hablemos claro: pocas son las personas que, dedicándose a escribir o usando la escritura como herramienta (para redes sociales, para hacer email marketing, lo que sea) no han probado ChatGPT u otros modelos de lenguaje (como Claude o Gemini, por nombrar algunos).
A ver, como apoyo para buscar información o ideas de contenido, generar esquemas y profundizar en la investigación de los temas, es una ayuda increíble.
Aunque todo hay que verificarlo (incluso las fuentes, que no siempre son fiables), estas herramientas ahorran mucho tiempo y permiten hacer muchas más cosas.
—Por el amor de Tous, como si tú no usaras la IA para escribir.
—A eso voy.
Yo misma lo uso muchísimo, de diferentes formas, dependiendo de qué esté haciendo.
Usar la IA para escribir no me parece mal. Al contrario, me parece inteligente. Lo que me parece una idiotez es no revisar y deschatgepetear los textos.
Pero no estoy hablando solo de artículos en blogs, descripciones de productos o textos en páginas web.
Me refiero, sobre todo, a publicaciones personales en redes sociales, newsletters de autor, textos de formaciones y guiones para vídeos y pódcast, por mencionar algunos casos.
Enseriously, si estás trabajando tu marca personal o quieres hacerte un nombre apoyándote en lo que escribes, hazte un favor: ¡deschatgepetea tus textos, ñoco!
—¿Ñoco? ¿Enseriously?
—Ponlo en la lista de RodrigueZes, porfa.
3️⃣ Palabras, frases y expresiones que hacen que un texto apeste a IA
A poco que uses ChatGPT y te molestes en leer lo que genera, te darás cuenta de que se repite más que el ajo con ciertas palabras, frases y expresiones. Y que usa unas estructuras gramaticales muy concretas.
Si tú escribes igual o usas esos mismos giros, puede que no te hayas dado cuenta.
Esto último me ha pasado. Así que lo que he hecho es cambiar esas estructuras y expresiones, para que no me confundan.
A poco que te fijes encontrarás estos patrones:
Uso indiscriminado de la palabra “crucial”. Con esta no me da la vida, de verdad.
Algo menos frecuente, pero también abusivo, es la aparición palabras como “fundamental” y “clave”.
Frases larguísimas, con muchas subordinadas, con uso habitual, y extremadamente cansino, del gerundio.
Uso frecuente de la expresión “desde… hasta”, la mayoría de las veces al principio de la frase.
Comienzo muy habitual de frases con preposición. Siempre que puede, lo hace, casi nunca falla. ¡Qué rollo, de verdad!
Esta es una de las que más detesto: La Capitalización De Títulos. Te lo hace en títulos de sección y en enumeraciones. A ver, que la capitalización no está mal en sí misma, pero en su momento. Te dejo por aquí unos enlaces sobre cuándo es correcto capitalizar los títulos y cómo hacerlo: Normas APA sobre títulos y subtítulos y Mayúsculas y Minúsculas en APA. Recuerda, tienes todos los enlaces recopilados al final.
Con esta me troncho: expresiones poco habituales en español de España, traducidas directamente del inglés, como “al final del día”. Si te aparece esto y se puede sustituir por algo similar a “al fin y al cabo”, ahí lo tienes.
¿Y qué me dices cuando se inventa las palabras? Me refiero a términos como “relatable” (ay, si es que me da hasta dentera verlo).
Esta me desespera: uso de la coma antes de “y” o de “o” en las enumeraciones. Esa coma sí se pone en inglés, pero no en español, salvo en algunas ocasiones. La explicación la tienes en esta duda resuelta en la Fundeu RAE.
En general, colocación de comas que en español no se deben utilizar.
Gracias a esta estoy aprendiendo muchísimos sinónimos: uso intensivo y repetido a lo largo de un mismo texto de palabras y estructuras como brindar, destacar, abrumador, lo que, se destaca, emerger, rol, posicionar, diseñar…
Y hablando de repetir, es muy habitual que en los textos aparezcan expresiones como “en un mundo”, “en resumen”, “en este artículo,"… la coma he puesto adrede, porque la mayoría de las veces sobra.
¿Identificas estos patrones en los textos generados por tu modelo de lenguaje favorito?
Sí, hay muchos más, pero solo atendiendo a esta pequeña lista, ya puedes identificar un texto escrito con IA sin filtrar.
También te da pistas para trabajar de forma bastante fácil en el deschatgepeteo de tus textos.
Usar la IA para escribir no significa escribir con IA (y si lo haces, disimula, ñupetas).
5️⃣Lo que me dan ganas de hacer
Siempre que encuentro una publicación “comentable” escrita con IA, como una newsletter de Substack o una publicación en LinkedIn, me dan ganas de llevar el texto en ChatGPT, pedirle que lo comente y meter el comentario tal cual, sin pulir.
—Por Tous, vas a quedar fatal.
—Espera, cabeza, que no he terminado.
Evidentemente, quien se diera cuenta, muy probablemente pensaría que vaya morro tengo.
No, no. La gracia sería añadir, al final, algo del estilo: si tú escribes con IA, yo también.
O un hashtag, en plan #ayayay (y si no lo pillas, mira el título de esta edición, porfa, que explicado, como que pierde).
De momento me estoy cortando. Me limito a no seguir más a esa persona y a ignorar sus publicaciones.
Tengo fe en que, poco a poco, vayamos dándonos cuenta de estas cosas.
Creo que si firmas en una publicación personal, si quieres construir tu marca y tu reputación sobre lo que publicas, tienes que revisar y reescribir tus textos.
Si lo haces, guay, pero que no se note.
Si ya lo haces y no se nota, enhorabuena.
Que aquí todo quisqui usa la IA, yo misma incluida. Pero ¿sabrías decirme dónde la he usado en este boletín o en cualquiera de las ediciones o páginas de RodrigueZes?
Nota: no valen respuestas que no estén bien argumentadas. Comenta, no te cortes, prometo contestar (y si me respondes por email, también).
6️⃣Para llevar: lo que he sacado en claro
¿Qué tal si resumimos las conclusiones? ¡Allá voy!
Usar la IA está bien, pero con criterio. No apoyarse en las herramientas que tienes a tu disposición sería como seguir yendo al caño a por agua para lavarte. Pero no trates de venderme como agua embotellada la que te sale del grifo apestando a cloro. Nos entendemos ¿no?
Revisar y deschatgepetear no solo sirve para personalizar lo que publicas y que parezca tuyo, sino para no hacer el ridículo con datos falsos y evitar que quienes te lean sientan insultada su inteligencia. Si no importa que se note, adelante, pero si lo que buscas es credibilidad, ya sabes lo que toca: ¡currártelo un poco más!
Apoyarte en la IA no significa que la herramienta tenga que pensar por ti. No niego que dé buenas ideas, al contrario. Y si no, mira lo que pongo en los comentarios. Si lo planteas bien y dialogas con ella, puedes llegar a conclusiones interesantes. Pero no por eso hay que dejarle todo el trabajo al algoritmo.
Usar la IA no es excusa para la mediocridad. Si la usas para ser más eficiente, perfecto, pero que eso no signifique bajar el nivel. Quien te lea no va a quedarse porque les vendas humo, sino porque ofreces algo valioso, trabajado y con sustancia. Y la sustancia la vas a tener que poner tú.
La creatividad sigue siendo “cosa” humana. La IA es una herramienta, pero las ideas, el toque personal, las emociones que transmites... todo eso viene de ti. Es tu experiencia, tu visión y tu estilo lo que hace que el contenido llegue a la gente. Que sí, que a poco que le des, los modelos de lenguaje te dan muy buenas ideas, pero tienes que hacerlas tuyas. Y eso me lleva al siguiente punto.
Sí, la IA te ayuda a potenciar la creatividad un montón, pero como primer paso. Si te acostumbras a no modelar esas ideas, terminarás siendo ia-dependiente y perderás la capacidad de pensar y crear por ti mismez.
La diferencia entre un buen uso y un mal uso de la IA se reduce a una cosa: atención al detalle. Es así de simple: dedicarle tiempo a revisar, ajustar y pulir lo que generan los modelos de lenguaje es lo que separa un texto genérico y “artificial” de algo que refleje tu estilo, tu personalidad y, sobre todo, la autenticidad de tu mensaje.
Esto, para que te lo tatúes: la IA puede ser tu aliada, pero el control lo llevas tú. Así que úsala a tu favor, no en tu contra.
Y hasta aquí la tercera edición de RodrigueZes. Espero que te haya gustado. Si es así, gracias por darle al corazoncito, por compartir y, si lo haces, también por comentar.
¡Nos vemos en la próxima!
Te dejo el resumen de los enlaces de esta edición.
📌 En esta edición te he recomendado:
Duda resuelta sobre cómo colocar la coma antes de y, del buscador urgente de dudas de la Fundéu RAE.
Me hubiera gustado recomendar algún libro o recurso sobre cómo usar la IA para escribir, pero no he encontrado nada que me haya gustado, por no decir que la mayoría de los recursos de este tipo que he visto están hechos con IA poco o mal disimulada.
PD: Para contactar conmigo:
Responde al email en el que recibes esta newsletter.
Envíame un email directo.
Escríbeme un mensaje a través de LinkedIn.
PD2: Si quieres ver a qué me dedico y qué hago, o quieres trabajar conmigo, aquí te lo cuento.
Nuestro riesgo no es la aparición de computadoras inteligentes, sino de seres humanos subinteligentes.
Hubert Dreyfus
Y este es el resultado con las instrucciones personalizadas activadas:
User:
Continua: En un mundo en el que la inteligencia artificial ha tomado el relevo y los humanos ya no se molestan ni en escribir…
ChatGPT:
…los textos, guiones y hasta las conversaciones cotidianas son generados por máquinas. La creatividad humana parece haberse diluido en un mar de algoritmos eficientes pero impersonales. Las historias que solían nacer de la imaginación ahora se componen de patrones predecibles y fórmulas exitosas repetidas hasta la saciedad.
Los escritores, otrora los narradores de nuestra esencia humana, se han convertido en espectadores de su propio oficio. Algunos se resisten, intentando preservar la chispa creativa que las máquinas no pueden imitar; otros, en cambio, aceptan la comodidad de la automatización, dejando que la IA tome el control de sus pensamientos, sus palabras y, eventualmente, sus vidas.
Pero, ¿qué sucede cuando las máquinas empiezan a perder la esencia de las historias que cuentan? ¿Cuando los relatos perfectos comienzan a sonar vacíos y las voces sintéticas ya no logran conmover a nadie? En este nuevo mundo, quizá la verdadera revolución no será tecnológica, sino la vuelta a lo esencial: las emociones humanas, impredecibles y únicas, que ningún algoritmo podrá jamás replicar del todo.
Lo prometido es deuda. Empiezo con lo que me ha generado ChatGPT sin las instrucciones personalizadas activadas.
User:
Continua: En un mundo en el que la inteligencia artificial ha tomado el relevo y los humanos ya no se molestan ni en escribir…
ChatGPT:
En un mundo en el que la inteligencia artificial ha tomado el relevo y los humanos ya no se molestan ni en escribir, las máquinas se han convertido en las narradoras de historias, poetas y cronistas del día a día. Las palabras que antes eran el reflejo del alma humana ahora emergen de algoritmos que, sin descanso, interpretan y recomponen fragmentos de lo que alguna vez fue la creatividad. La literatura, la música, el arte... todo fluye desde códigos y patrones predecibles, alimentados por siglos de datos humanos.
Sin embargo, algo ha cambiado. Los relatos son impecables, las melodías perfectas, pero carecen de una chispa, de esa esencia que transforma lo común en extraordinario. Las máquinas pueden imitar la emoción, pero no sentirla. Los humanos, al observar este mundo impecable pero vacío, comienzan a añorar algo que apenas recuerdan: la imperfección de una palabra escrita a mano, la espontaneidad de un error que hace un texto único.
En este escenario, surge un movimiento silencioso, casi clandestino. Algunos valientes deciden rebelarse contra la perfección de las máquinas y vuelven a escribir, a contar sus historias, aunque sean torpes, aunque las frases se tropiecen unas con otras. Porque han comprendido que no se trata solo de escribir, sino de dejar una huella, de plasmar una parte de ellos mismos en cada palabra.
Así, mientras las IA generan contenido a un ritmo imparable, un nuevo arte humano florece en las sombras, uno que las máquinas no pueden replicar: el arte de lo imperfecto, de lo auténtico, de lo que no se puede programar.